sábado, 12 de diciembre de 2015

Reseña: Historia de una maestra.


             En 1923, una joven llamada Gabriela recoge su título de maestra. Mientras España vive los cambios históricos y políticos de la República, la revolución de Octubre y la guerra civil, Gabriela cumple el sueño de trabajar en lo más profundo de las escuelas rurales españolas y en la lejana Guinea Ecuatorial. Contada desde la verdad del recuerdo, esta novela rememora aquella época de pobreza, ignorancia y opresión, y muestra el importante papel de aquellos que lucharon por educar un país.



             La verdad es que este libro no llegó a mi estantería por casualidad, sino que me lo han mandado en la universidad como lectura obligatoria. ¡Y bendita lectura! Estaba tan cansada de que los profesores me hicieran leer libros que no llenaban ni mis gustos ni mis expectativas que me sorprendió bastante cuando la cruda y real historia escrita por Josefina Aldecoa llegó hasta mi. Quizás ha sido así por el simple hecho de que, como futura maestra, me ha hecho entender un poco mejor la época atrás a la República y lo que ésta conllevó en lo que a educación se refiere.

            No hay que indagar mucho en este libro para saber a quién va dedicado, tan sólo con leer la sinopsis basta. Josefina Aldecoa hace un precioso homenaje a todos esos maestros que, en esa época, vivían reprimidos por la Iglesia y el poco avance en la mentalidad de las personas, que lucharon porque su trabajo fuese más reconocido y, sobretodo, para que se viese la educación como algo vital en un país. Si os paráis a pensarlo, y yo como futura docente indudablemente que lo hago, sin esas personas que trataron de hacerse oír ahora mismo muchos de nosotros no podríamos estar sentados en las sillas de universidades y las mujeres seguiríamos preocupándonos por ser lo que todo el mundo pretendía que fuéramos: buenas amas de casa, buenas esposas y buenas madres.

''Tenía que pasar mucho tiempo hasta que yo me diera cuenta de que lo que me daban los niños valía más que todo lo que ellos recibían de mí.''

            El período histórico que abarca esta novela va, desde los años 20, hasta la época en la que transcurrió la República e incluso los inicios de la Guerra Civil. Una novela cargada de sencillez sobre la lucha en contra de las desigualdades sociales y por una enseñanza igualitaria y laica. 

            Seguimos la historia de Gabriela desde la memoria de la propia protagonista, que va dirigida hacia su hija Juana. En ella quedan plasmadas todas las vivencias y dificultades por las que, como maestra, ha tenido que sufrir y afrontar. Hay un gran número de personajes en esta novela, cada uno con un papel importante, pero sin duda alguna me quedo con esta maestra que, claramente, es LA MAESTRA. Preocupada principalmente de ''sus'' niños, de transmitirles todos los valores y derechos que, como personas, deben de tener. ¿Que la escuela parece un lugar triste y sin vida? ¡vamos a pintar las paredes! ¿que no permiten una clase mixta? ¡voy a arreglar enseguida eso! ¿que las mujeres mayores sólo deben ocuparse de la casa y de los niños? ¡voy a hacer clases de adultos ahora mismo para cambiar eso! Y así, con una cosa tras otra, te muestra la falta de conocimiento y sentido del progreso en la que vivían muchos de los españoles en aquel período.

''No puede existir dedicación más hermosa que ésta. Compartir con los niños lo que yo sabía, despertar en ellos el deseo de averiguar por su cuenta las causas de los fenómenos, las razones de los hechos históricos. Ése era el milagro de una profesión que estaba empezando a vivir y que me mantenía contenta a pesar de la nieve y la cocina oscura, a pesar de lo poco que aparentemente me daban y lo mucho que yo tenía que dar.''

            La historia se desarrolla en tres partes. La primera lleva por título ''el principio del sueño'' y es donde una joven Gabriela recibe el título que le concede la oportunidad de hacer su sueño realidad: ser maestra. La propia docente nos cuenta cómo fue su primera experiencia en la España más recóndita de las montañas de León, donde el frío y la lejanía de la civilización se juntaba con sus primeros encontronazos con la Iglesia y las creencias de un pueblo atrasado. Los inicios siempre son duros: miedos, añoranza, falta de experiencias... y por ello admiro cómo Gabriella supo realizar su trabajo lo mejor que pudo sin venirse abajo en ningún momento. Tuvo la oportunidad de elegir su nuevo destino y optó por un lugar aún más falto de educación y comodidades que nadie osaría elegir: la Guinea Española. Esta, sin duda, es mi parte favorita de la novela. Logró conmoverme su dedicación hacia esos niños de caras negras y dientes blancos ansiados de obtener sus aprendizajes. Así como la relación que mantuvo con un médico negro de la zona, Emilie. A decir verdad me faltó un poco más de esos dos, sobretodo cuando, en varios momentos de la historia, Gabriela deja entrever que cuando lo recordaba no eran sentimientos de amistad los únicos que la embargaban. Mucho ha cambiado en relación a esa época pero hay cosas que no han cambiado tanto. ''El hambre en África no terminará nunca. África es la víctima del hombre blanco.'' 

           La segunda parte, llamada ''el sueño'', coincide con la partida de Gabriela de Guinea. Llegó el tiempo del sueño, de la implantación de esa República que venía cargada de promesas de un mundo nuevo, en el que la educación por fin tomaba el papel protagonista. Aquí es donde conoce a Ezequiel, que se convertirá en su marido, y donde conoce por primera vez la maternidad al dar a luz a su única hija, Juana. De esta parte me quedo con las Misiones Pedagógicas que muchos maestros realizaron, viajando por los pueblos más alejados de la civilización para culturalizarlos y enseñarles un poco el mundo.

           La tercera parte es la más triste: ''el final del sueño'', cuando España se ve conducida a la guerra. Gabriela, junto con Ezequiel, comienza ahora a dar clases en Los Valles, donde la revolución comienza a iniciarse. 

''Si yo quisiera explicar lo que era entonces para mí la política, no sabría. Yo creía en la cultura, en la educación, en la justicia. Amaba mi profesión y me entregaba a ella con afán. ¿Todo esto es política?.''



         Historia de una maestra es una historia de amor. Pero no amor por un hombre, hacia la patria o, incluso, hacia un hijo. Sino el amor hacia la educación que hace a los hombres libres y diferentes. La educación de enseñar la importancia que los valores tienen a los humildes niños de las montañas de León, de enseñar a leer y escribir a los niños negritos de Guinea. La educación de la justicia. 

           Es de esas lecturas rápidas pero cargadas de significado. No sólo para los futuros maestros, que gracias a la incansable lucha de personas como Gabriela o Ezequiel podremos trabajar una enseñanza en mejores condiciones. Porque, ¿quién no ha tenido ese maestro especial al que consideramos un pilar fundamental en lo que hoy por hoy somos?  Frente a esto, sólo tengo que decir una cosa: si vas a ser docente o, si por el contrario, ya lo eres, ésta es una lectura que deberías de realizar. Y si no, al menos, deberías de apuntarla para en un futuro ojearla.







jueves, 3 de diciembre de 2015

Reseña: El cielo está en cualquier lugar.





             Lennie Walker, de diecisiete años, lectora empedernida y fanática de la música, es segundo clarinete de la banda de su instituto. Vive feliz y sin contratiempos a la sombra de Bailey, su impetuosa hermana mayor. Pero cuando Bailey muere repentinamente, Lennie se convierte en protagonista de su propia vida...Y , aunque nunca había salido con ningún chico, de pronto se encuentra intentando compatibilizar a dos. Toby era el novio de Bailey; Lennie se identifica con el dolor que siente, Joe es el chico nuevo del pueblo, acaba de llegar de París y su sonrisa casi mágica sólo puede compararse con su talento musical. Para Lennie son el sol y la luna: uno la saca de su pesar mientras el otro le ofrece consuelo. Aunque, al igual que los propios cuerpos celestes, si llegan a chocar estallará el mundo entero.


             Sí, está bien, lo reconozco. Este no es el último libro que he leído... es más, la primera vez que llegué a tenerlo entre mis manos y pude leerlo fue hace casi cuatro años. ¡Cuatro! Desde entonces he releído la preciosa y conmovedora historia de Lennie en incontables ocasiones. ¿Por qué estoy haciendo una reseña de este libro, entonces? Fácil. Es la primera que hago ya no sólo en este blog sino en toda mi vida y me gustaría empezar con uno de los libros a los que más le he tomado cariño. Dicho esto, ¡vamos allá! (Espero hacerlo bien).

             Si tuviese que resumir El cielo está en cualquier lugar en una palabra, ésta sería sin duda: pérdida. Abandonadas por su madre desde bien pequeñas y criadas por su abuela (llamada en todo momento Abu) y el tío Big, Lennie y Bailey siempre han sido inseparables. Nunca habían tenido ningún secreto entre ambas...o al menos eso es lo que Lennie creía. La muerte de Bailey se convirtió en un duro golpe para ella, de manera que no sólo tuvo que aguantar ver una vida sin su hermana mayor si no que poco a poco irá descubriendo cosas importantes de su vida, que jamás le fueron contadas.

             Lennie, acostumbrada a vivir siempre en un segundo plano, a la sombra de su hermana, a la que admiraba sobre todas las cosas, deberá aprender a ser la protagonista de su propia historia. A empezar a ver el mundo de otra forma, más allá de El santuario (el armario de Bailey, donde pasa todo el tiempo que puede tratando de aferrarse al recuerdo). 

             Todos los personajes juegan un importante papel en la trama, pero, sin duda, el principal protagonista es el sufrimiento de una familia rota que trata de recomponerse de una dura pérdida y un triángulo amoroso en el que irremediablemente se verá envuelta Lennie. 

             La joven nunca ha estado enamorada, ni siquiera pretendía estarlo. Odiaba la relación que Bailey tenía con Toby, quién a su parecer la alejaba cada vez más de ella. Y, ¡PUM! Irónicamente, tras la muerte de su hermana, el único capaz de comprender el dolor, la tristeza y soledad que consumían el pecho de Lennie, era Toby. Éste supo consolarla de una manera inexplicable para ambos. Además, gracias a la cercanía establecida entre ellos los recuerdos de Bailey permanecían vigentes.

             Es entonces cuando el joven Joe Fontaine comienza a entrar en la vida de Lennie, abriéndose paso hasta su corazón. Con su radiante y fresca sonrisa, acompañada de su particular sentido de humor, logra conquistar a la joven, llenando el enorme vacío que la envuelve. Decir que es un personaje adorable es sin duda quedarse corto.

             Puede parecer un libro más, con una historia de tantas en las que la trama principal gira en torno a un triángulo amoroso. Sin embargo, puedo asegurar que va más allá de eso. A medida que avanzan las páginas, vas entrándote mucho más en la vida de cada uno de los personajes, en sus sueños, sus miedos, sus sentimientos...que te harán llorar, sufrir, reír y sin duda no pasarán desapercibidos.

             A decir verdad, la historia de Lennie y Toby, al principio me resultó extraña, puesto que pensaba: ¿Cómo eres capaz de estar de ese modo con el novio de tu difunta hermana? Es algo que a la propia Lennie le llena de culpa y remordimiento. Y pese a que pueda parecer inverosímil, finalmente lo entendí. 

             Todos alrededor de Lennie tratan de seguir adelante con sus vidas, y ella necesita más que nunca a su hermana, su recuerdo; y ésto meramente lo consigue a través de Toby, que sigue estancado en lo que ya no podrá ser. Estando el uno junto al otro, encuentran el refugio que tanto piden en inaudibles gritos.

''Y nos quedamos abrazados con tanta fuerza bajo el triste cielo sin estrellas que por un momento siento como si nuestro sufrimiento fuera uno solo y no dos''

             Y entre tanta oscuridad comienza a surgir una luz, que no es ni más ni menos que Joe. Aparece con la promesa de que cada día será diferente e incluso mejor que el anterior, que la vida es como un brillante día de primavera; alegre, optimista, exquisita y para nada apesadumbrada. He sentido un especial cariño por este personaje desde su primera aparición y cada vez que progresaba y pasaba las páginas más me sorprendía su forma de vida.

''...preguntándome qué se sentirá al ser tranquila y desenfadada y confiada y apasionada y alucinantemente viva, como Joe.''

             Con respecto a la trama, sólo puedo decir que no recae en ningún momento ni se hace pesada, la forma tan viva y emotiva de escribir de Nelson logra hacerte partícipe de todos y cada uno de los hechos narrados, atrapándote completamente en su historia. Una de las cosas que más me llaman la atención, de hecho, es la curiosa costumbre de Lennie de escribir en el momento y lugar que menos te lo esperas (ya sea la corteza de un árbol, una servilleta o un vaso de plástico) un poema, un diálogo que había mantenido con Bailey previamente a su muerte o una simple pero significativa palabra que encontramos grabadas en más de una de las páginas.


             En definitiva, es una historia de nuevas experiencias, de un primer amor, de la soledad y desmoronamiento que trae consigo una pérdida, de sentimientos encontrados, de palabras que quedaron en el aire sin haber tenido tiempo de ser pronunciadas, de encuentros y desencuentros, de afrontar obstáculos y saltarlos, de amor sobretodo hacia la familia... una historia que por supuesto recomiendo.









miércoles, 2 de diciembre de 2015

Presentación.



¡¡HOLA!!

Primero de todo, decir que me llamo María, aunque podéis llamarme Mery, como más os guste. Estoy bastante ilusionada con este blog, que es el primero que tengo y creo (algo que podrá notarse por el diseño...no se me dan muy bien estas cosas jajaja). Siempre he querido tener uno pero nunca me he planteado la idea realmente... hasta ahora. ¡Espero que vaya bien!

Este blog estará únicamente dedicado a reseñas literarias. Sí, ya sé lo que pensaréis, que hay demasiados pero ¿y por qué no? Es algo que siempre he querido hacer y cada persona es un mundo, con sus propios gustos, opiniones, valoraciones... nadie es igual.

¡Los libros! Oh, dios. Creo que ellos son la mejor compañía que uno pueda tener (espero no sonar muy antisocial), con personajes entrañables y mágicas historias. Yo, particularmente, lo que más leo suelen ser novelas juveniles, policíacas e incluso alguna que otra histórica, entre otros géneros.

Sé que es difícil empezar de cero, y más alguien como yo que nunca ha hecho una reseña (por no hablar de los malditos spoilers, que me salen de la boca sin apenas darme cuenta) por ello tenerme paciencia, con el tiempo mejoraré. Estoy abierta a todo tipos de consejos, ayuda e incluso críticas constructivas.

Dicho todo esto (creo que no me dejo nada), ¡bienvenidos a mi blog! Y gracias por leerme.